jueves, 29 de noviembre de 2012

¿Quieres carnita de chinameca?

Antes de contar lo que voy a contar, quiero hacer ciertas recomendaciones:
NOTA 1 A los que leen este blog sea por voluntad propia o porque algún buscador los aventó para aca, si están comiendo y son medio asquerosos les recomiendo no seguir leyendo.
NOTA 2 Si eres el dueño de mis quincenas, te recomiendo que tampoco sigas leyendo, pues no te pedí permiso para contar esta anécdota, lo único que me alivia es que casi no te asomas por acá.
NOTA 3 Si no sabes que es la carne de Chinameca te explico que es carne de cerdo que cruda se condimenta con ciertos ingredientes secretos que le dan un color rojo intenso,  un sabor característico de esta carne, que es muy apreciada y degustada por estos lares.
En la época de semana santa, hace algunos años aquí en mi ciudad se acostumbraba instalar una feria, que era una de las atracciones de la temporada. Todos los jóvenes nos reuníamos a caminar por los stands, comer fresas con crema, ver a los artistas que se presentaban de manera gratuita y por supuesto subirnos a los juegos mecánicos.
El dueño de mis quincenas cuando era un chavito de 15 años tan guapo como esta ahora, un día se puso de acuerdo con un vecino para irse a divertir un rato a la feria, cuando recién acicalado se fue a despedir de su mama, quien estaba en la cocina terminando de preparar la cena, le dice:
Mama del dueño de mis quincenas: Hijo antes de irte no quieres cenar un poco de carne de Chinameca con frijolitos refritos y tortillitas.
Dueño de mis quincenas: Pues la verdad si tengo hambre, sírveme un poquito.
Después de cenar, el dueño de mis quincenas se va de lo más contento con su vecino para irse a divertir a la feria. Ya en el susodicho lugar, y después de dar varias vueltas , llegan al área donde  se encuentran instalados los juegos mecánicos: el vecino ve un juego que da mas vueltas y tan rápidas, que todos los que están arriba se les ve  una cara de sufridores  tan chistosa, que le dan ganas de probar el jueguito y le comenta al dueño de mis quincenas: ¿Nos subimos?, -va-, le contesta.
Después de hacer su fila, pagar por el sufrimiento, se suben al dichoso jueguito, durante las primeras vueltas lentas todo bien, pero de repente empieza a incrementar la velocidad y el zagoloteo, entonces el dueño de mis quincenas empieza a sentir que el sabor de la cena lo tiene en la garganta y de repente trasgrediendo las leyes de la gravedad, un liquido pastoso sube a través de su garganta y busca salir por la boca, pero como el dueño de mis quincenas analiza el desastre que esta por ocurrir, trata de pensar cual es el mejor momento de abrir la boca, para no mancharse, y después de analizar la situación, esperando el momento adecuado, y este llega, el abre la boca, cual manguera sale un chorro espeso con grumos y un color rosa subido, que cual llovizna alcanza a bañar a varios que están en el juego e inclusive a los mirones que están abajo. Para no hacerles el cuento largo, esto se repitió unas 3 veces, hasta que el juego fue detenido,  el dueño de mis quincenas baja del juego intacto, y preguntándose como la gran mayoría que bajo con pringuitas y pringotas de vomito quien fue el desgraciado que roció a todo el mundo.
 
Chica ago-go

 

 

 

2 comentarios:

  1. :S tengo la impresión que eso pasa muy seguido, afortunadamente no me ha tocado estar implicada en ninguno de los casos :D
    Hablando de la carne chinameca, por la descripción que hiciste se me imagina que es la que acá conocemos como carne adobada, la cual lleva mucho achiote que le da el color rojo. Por cierto, muy sabrosa :P
    Saludos!

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  2. Andale Miriam, igualita a esa. Jajaja a mi tampoco, saluditos

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