Este libro fue una aventura sorprendente muy parecida a esas
muñecas rusas que guardan más muñecas en su interior y así hasta sacar una
diminuta.
La columna vertebral es como imaginaran la Señora Lirriper,
una anciana que se ve obligada a convertir su hogar en una respetable casa de huéspedes.
De entre todas las personas que pasaron por ahí, hay dos que
se vuelven parte importante de la historia
y permanecen en ella de principio a fin, uno es Jemmy Jackman un
comandante retirado, y un bebe nacido en la pensión que por azares de la vida
se convierte en Jemmy Jackman homónimo del comandante.
Esta familia atípica que reúne a 3 personas nobles y que no están
vinculadas por lazos de sangre, se vuelve un bloque solido lleno de amor,
respeto y dedicación que envidiaría cualquier familia normal.
Como pretexto surge la idea de que el comandante escriba al
pequeño sobre las personas que han pasado por la pensión, y de esa manera se
dan capítulos donde se cuentan historias completas que se van cristalizando en
nuestra mente y crean un mundo distinto a tal punto, que por momentos dejamos
de lado la historia principal y nos deleitamos ante los más singulares relatos,
esto se destaca más, debido a la presencia de escritores invitados que se hacen
cargo de ciertas historias, intercalando con Charles Dickens, esto nutre la
diversidad de estilos y las sorpresas.
Claro que Charles Dickens cuida que exista una contención,
para que en el desenlace podamos conocer cuál fue el destino de estos 3
personajes entrañables.