jueves, 17 de abril de 2014

La señora Lirriper de Charles Dickens


Este libro fue una aventura sorprendente muy parecida a esas muñecas rusas que guardan más muñecas en su interior y así hasta sacar una diminuta.

La columna vertebral es como imaginaran la Señora Lirriper, una anciana que se ve obligada a convertir su hogar en una respetable casa de huéspedes.

De entre todas las personas que pasaron por ahí, hay dos que se vuelven parte importante de la historia  y permanecen en ella de principio a fin, uno es Jemmy Jackman un comandante retirado, y un bebe nacido en la pensión que por azares de la vida se convierte en Jemmy Jackman homónimo del comandante.

Esta familia atípica que reúne a 3 personas nobles y que no están vinculadas por lazos de sangre, se vuelve un bloque solido lleno de amor, respeto y dedicación que envidiaría cualquier familia normal.

Como pretexto surge la idea de que el comandante escriba al pequeño sobre las personas que han pasado por la pensión, y de esa manera se dan capítulos donde se cuentan historias completas que se van cristalizando en nuestra mente y crean un mundo distinto a tal punto, que por momentos dejamos de lado la historia principal y nos deleitamos ante los más singulares relatos, esto se destaca más, debido a la presencia de escritores invitados que se hacen cargo de ciertas historias, intercalando con Charles Dickens, esto nutre la diversidad de estilos y las sorpresas.

Claro que Charles Dickens cuida que exista una contención, para que en el desenlace podamos conocer cuál fue el destino de estos 3 personajes entrañables.

Chica ago-go


La sonrisa de las mujeres de Nicolas Barreau


Este libro se introdujo en mi lista de lecturas pendientes debido a la recomendación de un buen amigo, dueño del blog: El viandante cibernetico.

Al iniciarlo me di cuenta que el libro no era mi tipo de lectura ideal, pero decidí terminarlo. La ambientación es París, Francia, y si, la historia, es una historia de amor, entre una chef por herencia, y un editor con ínfulas de escritor.


Aunque bordea los límites para convertirse en una novela romántica tipo light, de esas donde chica talentosa y guapa más chico talentoso e interesante más París quiere ser igual amor; se salva por un pelo de esta clasificación, al tener un autor que supo redondear su historia a una novela de pocas páginas, y sin pretensiones mayores que ubicarnos en una ciudad romántica, con comidas exquisitas y una que otra frase divertida. 

Chica ago-go

La ciudadela de A.J. Cronin



De este autor he leído 3 libros anteriores y todos me han dejado satisfecha, aunque la lectura es ágil, con muchos diálogos, lo que más me gusta de su estilo es que no tiene un destino preparado para cada personaje, es decir puede pasarle cosas buenas o malas a los personajes buenos o malos, esto hace que no tengamos la certeza en ningún momento de como terminara la historia, es como emular de una manera cercana a la vida misma.
En este caso tenemos a un joven doctor rural ingles en el año 1924, recién graduado llega como ayudante a una pequeña población minera, y nos toca recorrer con él sus inicios dentro de la práctica, su vida personal, y la manera en que va evolucionando como médico, a veces teniendo grandes triunfos pero también derrotas dolorosas.
Muchos temas se discuten, el hecho de una medicina general, en donde las especialidades no eran lo común, el halo de superioridad que permea a las sociedades médicas, todo esto en un lenguaje fácil, dinámico y en muchos casos exponiendo situaciones como ejemplo de ello.
Al mismo tiempo vamos conociendo también a la persona más allá de la profesión, y esto hace que podamos sentir simpatía hacia un hombre esencialmente bueno tanto en sus valores como en la profesión que practica, pero que también se topa con situaciones que le hacen tomar malas decisiones que tendrán consecuencias irreversibles.
Un libro entretenido, lleno de situaciones que te dejan con ganas de seguir leyendo, se agradece que sea de una manufactura impecable, me pregunto por qué este autor no tiene más popularidad, pues sus libros siguen vigentes en cuanto a ritmo y fondo de las historias.


Chica ago-go