miércoles, 21 de noviembre de 2012

Ella, el, la vida.

Ella tenía una mata de cabello negrísimo, largo, abundante y algo quebrado sin llegar a ondulado, algunos días le amanecía también lacio. Desde adolescente uso el cabello de esta manera, siendo uno de sus grandes atributos. Cuando el la conoció aparte de notar sus lindos ojos café, se fijo de manera inmediata en ese cabello que se ondulaba y se movía con cualquier movimiento. Se hicieron novios, el aprendio a reconocer en ese cabello, los estados de animo de ella,  cuando estaba contenta, el cabello le brillaba de una manera alucinante hasta destellar tonalidades que iban de azul marino, pasando por morado e inclusive platinado. En cambio cuando la tristeza la embargaba el cabello lucia apagado, casi como una masa inerte sin reanimación aparente.  El enojo lo alborotaba de tal modo, que se volvía rebelde y no dejaba que pasadores o coletas lo ataran, buscaba la manera de rebelarse y mostrarse casi como la medusa.
El siempre le decía que nunca se cortara el cabello, pues era parte de lo que mas amaba de ella, que seria como si pensara en cortarse una oreja, o quitarse un ojo.
Ella y el, son el uno para el otro, durante muchos años vivieron juntos, felices de esa vida compartida.
Pero un día ella se levanto, se miro y no se reconoció con ese cabello largo y negro, pensó que le estorbaba y agendo una cita en una estética,  se lo corto.
Al día siguiente se separaron para siempre.

Chica ago-go

2 comentarios:

  1. Y esto... ¿es de la vida real? ¿o empiezas a escribir una novela? :D
    Saluditos!

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