Una historia ambientada en la Inglaterra rural, donde
extrañamente los protagonistas son de escala social baja.
La trama inicia con un don pobre, granjero llamado
Duybeyfield, con un pedazo de tierra que le da para mal vivir y mal comer para
su familia; como parte de una plática se
entera que sus ancestros fueron unos grandes señores llamados d’Uberville los
cuales cayeron en desgracia.
A raíz de este descubrimiento que parece inocente y más anecdótico,
Duybeyfield y su esposa se agarran de el, cómo de un clavo ardiente se tratara,
buscando torcer su destino de escasez y penuria.
Este matrimonio tiene varios hijos, la más grande se llama
Tess, una muchachita apenas adolescente extraordinariamente hermosa, ignorante
y muy inocente, debido a la pobreza de medios para su educación tanto académica
como moral.
Debido a un accidente, pierden la fuente principal de
ingresos, al ser Tess la culpable directa es obligada acudir a un poblado
vecino en busca de una señora apellidada d’Uberville, para solicitar su apoyo,
solo por el hecho de poder ser parientes de ellos.
Sin saber, los padres
mandan a su hija a la búsqueda de su destino, sin armas ni los conocimientos necesarios para
poder ser frente a los peligros o vicisitudes a las que se pueda enfrentar, así
como Charles Dickens dota a sus inermes protagonistas de una estrella que
alumbra su camino para que encuentren personas lo suficientemente bondadosas
para ayudarlos, y ante peligros que los rodean, hace que estos los rocen pero
no los engullan, Thomas Hardy tiene la suficiente templanza para dejar a su
Tess en el mundo que le toca vivir, sin acudir en ningún momento en su ayuda
cual hada madrina, de tal manera que parece que estamos viendo a Tess caminar
sobre tierra firme, y de repente en algún punto veremos que esa tierra firme no
era otra cosa que arenas movedizas.
Muchos conceptos vienen a la cabeza en esta novela, pero
sobre todo sorprende como la historia se va construyendo sola, y va tomando un camino que no tiene retorno,
donde las coincidencias felices, las señales del destino o la buena fortuna
parece no existir como ingrediente en esta novela, lo cual la hace trágicamente
bella en muchas maneras.
Chica ago-go
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