Desde el año pasado se empezó a gestar un viaje al D.F. para
conocer a unos amigos virtuales, este tema me traía un poco preocupada pues en
el aspecto de salir, soy un poco perezosa, inclusive para reuniones familiares
en mi misma ciudad, pero como fui parte de la iniciativa no me podía rajar como
dicen por acá en México.
Cuando faltaba menos de un mes para el viaje empezaron a
suceder eventos que pareciera me dijeran que no, a este deseado viaje, en mi trabajo se
presentaron crisis de distintos tipos, la persona que me podía cubrir y de la
cual soy jefa solicito 1 semana
anticipada de vacaciones por el cumple 80 de su mami y no pude decirle no,
total que mi plan de tomarme al menos unos 3 días para ir con calma se fueron
por la borda, y tuve que planear mi viaje saliendo sábado en la mañana y
regresando domingo en la noche, además el dueño de mis quincenas tiene a un
amigo muy querido por allá, al que no había visto desde Diciembre, y también tuvimos
que incluirlo en la agenda.
Pues el sábado llegamos y fuimos al museo del estanquillo,
que era el lugar de encuentro en pleno centro histórico, estaba yo un poco
nerviosilla por conocer a mis queridos compañeros de lectura, y cuando llegaron
fue asombroso lo mucho que cada uno se parece a lo que percibí en ese
momento. Hilda se ve seria de inicio,
pero conforme hablábamos empecé a reconocerla, cariñosa, sincera, sencilla,
femenina con sus manitas muy bien cuidadas; Miriam así risueña, amable, alegre,
con su cabello cortito y una entonación al hablar cantadita. Rodrigo es
tranquilo, atento, caballeroso y bastante alto, Tere juguetona, con chispa, muy cálida y unos
ojos que reflejan su personalidad.
Este museo nos remite a las historietas que en tiempos pasados fueron muy populares en México, sobre todo para hacer denuncia social y llegar a la mayoría de la población:
Después del museo fuimos a comer al sanborns de los
azulejos, el edificio es bellísimo, grande y gracias a Rodrigo que nos condujo,
no hicimos cola, y pasamos un momento muy bueno lleno de plática y comida rica.
Debido al poco tiempo que teníamos aquí tuve que dejarlos, pero no me
arrepiento de haber asistido pues aunque fue poco el tiempo, espero que haya más
reuniones en las que podamos convivir.
De ahí prácticamente salimos corriendo pues habíamos quedado
con los amigos del dueño de mis quincenas a una hora, pero no tomamos en cuenta
las distancias en el D.F., y cuando llegamos al estadio azul, entramos al
segundo tiempo del partido, faltando 20 minutos para terminar y ya no pudimos encontrarnos
con ellos. Fuimos a ver al Cruz Azul pues es el equipo favorito de él.Pero al
finalizar y por una feliz coincidencia nos encontramos en la salida.
Fuimos a cenar a un restaurant al que yo tenía muchísimas ganas
de ir, por ser de un chef llamado Mikel Alonso que me gusta como cocina, el
restaurant se llama Biko y fuimos para probar el menú de degustación, el cual
fue muy interesante por lo sabores que no había probado pero que agradaron en
su mayoría mi paladar.
Las fotos de los platos están oscuritas, pues el restaurant es a media luz, todos degustaron el menú con maridaje de vino, menos yo que no me gusta el sabor.
El primer plato fue un caldo, y una sandia caliente con brotes:
El segundo fue mousse de pate de higado, mi menos favorito:
Callo de hacha, este me encanto:
Sopa de cebolla con esferas de queso cotija:
Al día siguiente solo nos dio tiempo de visitar el monumento
a la revolución, es realmente alto cuando subes y ves la perspectiva de la
ciudad, una vista magnifica y el recorrido muy bueno, de ahí salimos corriendo
para llegar al teatro donde vimos una obra musical muy buena llamada: Hoy no me
puedo levantar, grandes efectos y con las canciones de mecano, pase un buen
rato.
Al otro dia desvelados nos recompusimos con una buena birria:
Aquí el monumento a la revolución, realmente es grande, y cuando subes la vista es increíble, una feliz coincidencia fue encontrar grabada la fecha del 03 de agosto de 1956, el mismo día, solo en diferente año:
De ahí nos tuvimos que despedir, para irnos, nuestros amigos
se portaron realmente muy bien con nosotros, son personas a las que queremos
mucho y excelentes anfitriones.
Lo único malo fue la premura, pero por otro lado me sentí feliz
de haber cumplido con mi cita, pues a veces cuando hay dificultades para hacer
las cosas, uno piensa que pueden ser señales para no hacerlas, pero yo pensé que
eran solo pequeños retos que harían más placentero el viaje.
Chica ago-go