domingo, 28 de septiembre de 2014

Viaje al DF toma 2

Desde el año pasado se empezó a gestar un viaje al D.F. para conocer a unos amigos virtuales, este tema me traía un poco preocupada pues en el aspecto de salir, soy un poco perezosa, inclusive para reuniones familiares en mi misma ciudad, pero como fui parte de la iniciativa no me podía rajar como dicen por acá en México.

Cuando faltaba menos de un mes para el viaje empezaron a suceder eventos que pareciera me dijeran que no,  a este deseado viaje, en mi trabajo se presentaron crisis de distintos tipos, la persona que me podía cubrir y de la cual soy jefa  solicito 1 semana anticipada de vacaciones por el cumple 80 de su mami y no pude decirle no, total que mi plan de tomarme al menos unos 3 días para ir con calma se fueron por la borda, y tuve que planear mi viaje saliendo sábado en la mañana y regresando domingo en la noche, además el dueño de mis quincenas tiene a un amigo muy querido por allá, al que no había visto desde Diciembre, y también tuvimos que incluirlo en la agenda.

Pues el sábado llegamos y fuimos al museo del estanquillo, que era el lugar de encuentro en pleno centro histórico, estaba yo un poco nerviosilla por conocer a mis queridos compañeros de lectura, y cuando llegaron fue asombroso lo mucho que cada uno se parece a lo que percibí en ese momento.  Hilda se ve seria de inicio, pero conforme hablábamos empecé a reconocerla, cariñosa, sincera, sencilla, femenina con sus manitas muy bien cuidadas; Miriam así risueña, amable, alegre, con su cabello cortito y una entonación al hablar cantadita. Rodrigo es tranquilo, atento, caballeroso y bastante alto,  Tere juguetona, con chispa, muy cálida y unos ojos que reflejan su personalidad.

Este museo nos remite a las historietas que en tiempos pasados fueron muy populares en México, sobre todo para hacer denuncia social y llegar a la mayoría de la población:






Después del museo fuimos a comer al sanborns de los azulejos, el edificio es bellísimo, grande y gracias a Rodrigo que nos condujo, no hicimos cola, y pasamos un momento muy bueno lleno de plática y comida rica. Debido al poco tiempo que teníamos aquí tuve que dejarlos, pero no me arrepiento de haber asistido pues aunque fue poco el tiempo, espero que haya más reuniones en las que podamos convivir.






De ahí prácticamente salimos corriendo pues habíamos quedado con los amigos del dueño de mis quincenas a una hora, pero no tomamos en cuenta las distancias en el D.F., y cuando llegamos al estadio azul, entramos al segundo tiempo del partido, faltando 20 minutos para terminar y ya no pudimos encontrarnos con ellos. Fuimos a ver al Cruz Azul pues es el equipo favorito de él.Pero al finalizar y por una feliz coincidencia nos encontramos en la salida.


Fuimos a cenar a un restaurant al que yo tenía muchísimas ganas de ir, por ser de un chef llamado Mikel Alonso que me gusta como cocina, el restaurant se llama Biko y fuimos para probar el menú de degustación, el cual fue muy interesante por lo sabores que no había probado pero que agradaron en su mayoría mi paladar.

Las fotos de los platos están oscuritas, pues el restaurant es a media luz, todos degustaron el menú con maridaje de vino, menos yo que no me gusta el sabor.

El primer plato fue un caldo, y una sandia caliente con brotes:


El segundo fue mousse de pate de higado, mi menos favorito:


Callo de hacha, este me encanto:


Sopa de cebolla con esferas de queso cotija:





Al día siguiente solo nos dio tiempo de visitar el monumento a la revolución, es realmente alto cuando subes y ves la perspectiva de la ciudad, una vista magnifica y el recorrido muy bueno, de ahí salimos corriendo para llegar al teatro donde vimos una obra musical muy buena llamada: Hoy no me puedo levantar, grandes efectos y con las canciones de mecano, pase un buen rato.

Al otro dia desvelados nos recompusimos con una buena birria:


Aquí el monumento a la revolución, realmente es grande, y cuando subes la vista es increíble, una feliz coincidencia fue encontrar grabada la fecha del 03 de agosto de 1956, el mismo día, solo en diferente año:










De ahí nos tuvimos que despedir, para irnos, nuestros amigos se portaron realmente muy bien con nosotros, son personas a las que queremos mucho y excelentes anfitriones.


Lo único malo fue la premura, pero por otro lado me sentí feliz de haber cumplido con mi cita, pues a veces cuando hay dificultades para hacer las cosas, uno piensa que pueden ser señales para no hacerlas, pero yo pensé que eran solo pequeños retos que harían más placentero el viaje.



Chica ago-go

martes, 16 de septiembre de 2014

Amor juvenil, 03 novelas como muestra



El amor en la niñez y adolescencia es un tema sobre valorado como bonito, tierno, maravilloso, etc. Pero yo tengo la duda sobre la opinión que merecerá entre los que actualmente viven esta experiencia. A los adultos les pasa con los recuerdos que se glorifican o se malifican, los términos medios se borran del inventario, y muchas veces estos amores juveniles llegan a sonar tan perfectos que aun cuando no hayan sido únicos, los adultos los moldean ‘sin querer’.

Y por eso rompimos de Daniel Handler

Esta novela ilustrada, tiene como protagonista una caja llena de cosas, a Min una adolescente que entra en la categoría de los raros, y Ed atleta escolar, del tipo guapo – popular.
Por azares del destino, Min y Ed se hacen novios, y la historia nos llevara por un recorrido de su relación, desde la perspectiva de Min y hacia un final que el titulo nos predice.
El elemento diferente es la introducción de estrellas de cine y películas que no existen en la realidad pero que suenan tan interesantes que no te quedaras con las ganas de googlear algún título o nombre para verificar si no son reales.
El libro no es la gran novela, pero cumple su cometido además de llevar un buen ritmo.
Es un ejemplo del amor juvenil donde cual pompa de jabón, algo tan bonito tiene una vida efímera y desaparece sin dejar rastro.


Un grito de amor desde el centro del mundo de Kyoichi Katayama

Escritor japonés, su novela se hizo famosa en Japón, y de ahí despego para todo el mundo.
Sakutaro y Aki son dos adolescentes que van en la misma escuela y de esa coincidencia nace un amor.
La historia es narrada por Sakutaro, quien entremezcla su historia de amor con Aki, con la historia de amor de su abuelo.
Hay muchos elementos que justifican el éxito de esta novela, entre ellos la disociación entre la edad y el amor, Sakutaro sabe que Aki es la elegida de su corazón, que nunca habrá o sentirá un amor igual por ninguna de las millones de mujeres que pueblan la tierra, y lo sabe con la misma certeza que el abuelo lo manifiesta por una novia de juventud con la cual no pudo casarse y a la cual añora como si no hubieran pasado un montón de años.
En medio de este conocimiento Sakutaro enfrentara un golpe que marcara su vida, y mediante una retrospectiva hace un análisis de sus días felices y del momento perfecto para decir: Nos vemos, en algún momento.


La feria de las vanidades de William M. Thackeray

Aunque la anécdota principal de la protagonista es el amor que nace en la adolescencia hacia una persona en especial, este libro va más allá de ese mero hecho, en sus más de 1200 páginas este autor inglés va desenmascarando todas las fallas, pasiones, engaños, codicias, como partes que conforman a un todo. En una historia de la época victoriana en Inglaterra no puede faltar los bailes, las tarjetas de visitas, las rentas, las libras esterlinas, los carruajes, las mansiones, la ropa, la hora del té, los matrimonios arreglados, la puntualidad, los buenos modales, pero como una pared pintada que luce primorosamente bien, el autor va raspando esta pintura hasta que empiezan aparecer los grandes defectos tapados superficialmente.
Vamos recorriendo la vida de Amelia y Becky dos adolescentes con antecedentes familiares y personalidades distintas, aunque Amelia seria la protagonista en toda regla, es un personaje un poco apocado de extrema nobleza, pero con el gran defecto de estar enamorada más que de un hombre, de la imagen que de ese hombre ella se ha hecho en su cabeza. Aunque no es mala, a veces dan ganas de sacudirla o darle un cachete.
Becky al contrario se pasa de maliciosa, sustentada en el hecho de no tener buenos antecedentes familiares ni una dote que le asegure un buen matrimonio.
Aunque no voy a mentir, algunas partes se me hicieron algo largas, es un libro extremadamente bueno, y corresponde una crítica que se puede aplicar a cualquier época y cualquier país del mundo.

Chica ago-go